sábado, 26 de junio de 2021

"Mazinger Z: infinity" de Junji Shimizu, 2017.

Los sábados de mi infancia se vivían con momentos casi rituales. Uno de esos momentos era cuando mi padre salía del trabajo y yo le esperaba para acudir a visitar "el carrillo" de Juan. "El carrillo" de Juan era un kiosko de prensa, golosinas,... situado en la calle Infante Don Fernando de Antequera. Acudíamos todos los sábados al mediodía a comprar la prensa local para mi padre, la revista para mi madre, y mi Don Miki, esperado con ansia desde el jueves de cada semana, día en que comenzaba a pensar en las aventuras que leería de Donald, Tío Gilito, Goofy,... Tras terminar de comprar en "el carrillo", normalmente volvíamos a casa, pero aquel sábado no fue así. Mi padre me indicó que tenía que realizar otro recado. Nos desplazamos unos metros, hacia la plaza de San Sebastián, al "carrillo" que hoy en día sigue existiendo. Fue allí, donde aquel sábado, se transformó en uno de los días que quedarían marcados en mi memoria para toda la vida. Tras mi padre hablar con el encargado, mientras yo ojeaba mi Don Miki, este me entregó dos espectaculares puños de color azul. Eran los puños de Mazinger Z. Tras entrar en shock, abracé aquellos puños con una tremenda ilusión. No me lo podía creer, tenía los puños de Mazinger Z. Unos puños que para colmo podían salir disparados a mi orden de ¡¡¡puñooos fueraaa!!!, gracias a unas gomitas que se estiraban en su interior. Y es que como niño de los 70 y 80, tuve la enorme suerte de disfrutar, jugar e imaginar con uno de los personajes más queridos de mi infancia, el robot Mazinger Z. Hace poco volví a visualizar su última película, una película que rendía tributo, con enorme respeto a un icono de la animación japonesa, "Mazinger Z: infinity" de Junji Shimizu, 2017.


En mi infancia, la televisión tenía solamente dos canales, así que cualquier cosa emitida suponía una repercusión universal. Existían momentos especiales, uno de ellos era los medios días de los sábados tras las noticias ("El telediario"). En una franja de media hora, aproximadamente, solían emitirse series de corte juvenil para los peques de la casa. Corrían finales de los 70, aquella franja ocupada por la serie "Miguel el travieso" de Olle Hellbon (1974), daría paso al tsunami "Mazinger Z" de Gõ Nagai (1972 - 1974). En España comenzó a emitirse en marzo de 1978. Aquello dejó pegado al televisor a miles de niños que nos vimos embelesados por aquel futurista robot. No habíamos visto nada igual.

Fotograma de la serie "Miguel el travieso"

Fotograma de la serie "Mazinger Z"

Su creador Gõ Nagai. La Vanguardia.

Los factores que hicieron de Mazinger Z algo especial fueron su diseño, el ritmo de la cabecera de la serie, su música (interpretada en España por Alfredo Garrido, al que le debemos más de una melodía de nuestra infancia), los diseños de los robots enemigos (Kikaijus, del centenar me asustaba Garada V7, quizás por ser de los primeros), las luchas y enfrentamientos, el despliegue de armas de Mazinger Z, los villanos como el doctor Infierno, el barón Ashura, el conde Brocken y sus soldados sicarios,... y para mí, el planeador. Me encantaba el planeador (¡¡¡Planeadooor aaabajo!!!) y el momento de separarse el agua de la piscina para surgir Mazinger Z. Por cierto, la idea del planeador y quedar ubicado en la cabeza del robot para dirigirlo, era novedoso en aquellos años 70. A su creador, se le ocurrió en un atasco de tráfico, pensando cómo salir de aquel momento.

El intérprete Alfredo Garrrido. Yo fui a EGB.

El doctor Infierno. El barón Ashura. El conde Brocken.

Koji Kabuto

Mazinger Z a pesar de ser una buena serie de animación japonesa con el estilo de la época, arrastra un sin fin de recuerdos y nostalgia que engrandecen su imagen. En 2017, se estrenó "Mazinger Z: infinity" de Junji Shimizu. Su trama se sitúa diez años después de los últimos sucesos del final de la serie. En ella encontramos todos los aspectos y personajes que hicieron grande a Mazinger Z. La animación tradicional se une a las nuevas tecnologías, pero de forma sutil, sin hacernos perder la imagen que mantenemos de Mazinger Z. Momentos especiales cuando de nuevo las aguas de la piscina del hangar de Mazinger se separan y la batalla entre cientos de robots kikaijus. Esta especie de salto en el tiempo que nos brinda la película, nos permite revivir momentos únicos de infancia, sin ninguna otra pretensión. En este gran episodio de hora y media destaca el respeto de Shimizu a la creación de Nagai.

Fotograma "Mazinger Z: infinity"

El éxito de Mazinger Z ha perdurado y perdura, transmitiéndose a nuevas generaciones. Los cómics, la propia serie y otro tipo de productos, como por ejemplo la película "Mazinger Z, el robot de la estrellas" ("The Iron Superman" de Kwok Ting - Hung, 1974), que nacieron a la sombra de la popular serie y que comentaremos en futuras entradas, conforman un impresionante legado y legión de fans de todas las edades, así como productos gráficos y cinéfilos inspirados en él, como por ejemplo "Pacific Rim" de Guillermo del Toro (2013).

Fotograma "Mazinger Z, el robot de las estrellas"

Cartel de "Pacific Rim" de Guillermo del Toro

Los niños españoles de finales de los 70 nos quedamos con ganas de más Mazinger Z (la emisión de episodios se suspendió por una serie de protestas hacia TVE por la emisión de violencia a los jóvenes de entonces) y buscamos en otras series, como por ejemplo "Comando G (La batalla de los planetas)" de 1980, y en los videoclubs con alguna que otra gran sorpresa.

Publicidad del "Comando G". El condensador de fluzo.

Hoy en día podemos acceder a todos los episodios de Mazinger Z de mil y una maneras posibles, por lo que uno de los deseos de infancia se han cumplido. Solo queda volver a visionar sus batallas, imaginar y vivir aquellas menudas emociones. Sentirnos de nuevo Koji Kabuto en el asiento de atrás de nuestro coche familiar de la época, mientras escuchamos la sintonía de la serie en la cinta de casete, gritando... ¡¡¡Voladooooor abaaajoooo!!!

Cartel de la película




Ambigú Cinema - "Mazinger Z - infinity" de Junji Shimizu, 2017.



sábado, 19 de junio de 2021

"Jason y los argonautas" de Don Chaffey, 1963.

 

En la infancia, mi hermano y yo teníamos una especie de "zona fantasma" en casa. Esta zona era el cuarto de los juguetes. En aquel cuarto, teníamos nuestros juegos, pizarras, pupitre, repisas y armario, repleto de juegos (Serpentín, Canicas 7, Juego reunidos, el Imperio Cobra,...) y juguetes. A parte del cariño a nuestras naves espaciales, muñecos de Star Wars y Masters del Universo, teníamos nuestros atrezzos especiales para aventuras diversas. Estos eran: dinosaurios, animales de la selva, piezas de otros juguetes,... con los que a veces construíamos nuestros propios Titanes e incluso ideábamos nuestra propia "Odisea", cuyos protagonista igual podían ser Han Solo o alguien del Comando G. Lo pasábamos bestial. Creábamos nuestra propias historias o nos inspirábamos en cuentos, cómics o películas que veíamos. Recuerdo que a modo personal, muchas de las películas creadas por Ray Harryhausen fueron caldo de cultivo para estas aventuras menudas. Sin lugar a dudas eran espectaculares las creaciones de Ray. Hoy voy a compartir con ustedes una de sus creaciones, quizás la más valorada por la maduración de los efectos especiales, hablamos de "Jason y los argonautas" de Don Chaffey, 1963.


El cariño a este tipo de películas, se une a la admiración hacia el trabajo minucioso, paciente y detallista del artista de modelaje y animación. Hoy en día, un niño con cualquier aplicación del teléfono o programa para el ordenador, puede realizar cualquier tipo de animación e incluso crear una mini película. La tecnología ha cambiado muchísimo nuestra concepción en alguno de nuestros aspectos, e incluso me atrevo a decir, mal valorar algunos aspectos del pasado. El análisis de cualquiera de las secuencias de efectos especiales de "Jason y los argonautas" pone de manifiesto un sorprendente estudio de animación de movimientos, ritmos, y todo lo que conlleva su integración en la secuencia, como la atmósfera, la iluminación, encuadres e interacción con los personajes físicos reales. A todo ello, hay que sumar la visión artística en la recreación del diseño de cada una de las criaturas. Semanas y meses de diseño y planificación, para que poco a poco tomen vida lo imaginado a través de las manos del artista.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Fotograma de la película

La película surgió como idea por parte de Harryhausen, basándose en el poema épico "Argonáuticas" de Apolonio de Rodas. Narrándonos en cuatro libros la aventura de Jason en su nave Argo, rumbo a la Cólquida (Georgia). La película es un no parar, cuando no salen de una, el grupo de aventureros se encuentran en otra. Y a cual escena más espectacular. Hoy en día, para los amantes del cine, e incluso los que simplemente desean pasar un rato agradable visionando una aventura, la película se le hace tremendamente divertida. Su ritmo, sorpresas, y mantener al público expectante ante cualquier posible situación, es lo que caracteriza el cine de Ray Harryhausen. Cualquier cosa puede ocurrir.

Portada de una de las ediciones de la obra literaria

El nombre del director Don Chaffey está ligado a producciones de corte fantástico, destacando en esta y en "Pete´s Dragon" (1977). Posteriormente se dedicó a dirigir episodios de series de televisión como "Los vengadores" (1961), "Los Ángeles de Charlie" (1976), "MacGyver" (1985),... El valor de directores como Chaffey es que saben contar una historia y plasmarla de forma suave, haciendo de cada encuadre o secuencia, una pieza en un puzle perfecto. Si hoy en día, visionan alguna serie de televisión o película de corte parecido a la que comentamos, la realización, a veces, se suele perder en tramas o subtramas que se antojan circulares, con ese toque "déjà vu". Se pierde la esencia de la aventura, de ritmo trepidante, sorpresivo, con tal de ahondar en psiques heroicas o resolver preguntas que no harían falta cuetionarse. Como ejemplos: ¿de qué están hechos los dientes de la Hidra de Lerna y que le hacen convertirse en esqueletos vivientes?, ¿porqué no puede correr el titán Talos?,... Hoy habría explicación para cada una de estas y otras acciones, seguramente muy aburrida, quitando la magia maravillosa de estas historias. No dejando nada con lo que jugar a la imaginación del espectador.

El director Don Chaffey. Moviefit.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

El genio de Ray Harryhausen para materializar sus creaciones contaba con un aliado imprescindible, el director de fotografía Wilkie Cooper, con el que había trabajado en otras producciones. Hoy en día es una gozada, detener fotograma a fotograma algunas de las secuencias y comprobar, hasta qué nivel de detallismo y cuidado se exigen así mismos para incluir las tomas animadas en la acción física. El uso de transparencias, de máscaras, de miniaturas,... llegan a su cenit en la secuencia de los esqueletos contra los argonautas. Su análisis nos habla de cine verdadero, de sus avances, de la capacidad de transcender la imaginación de los artistas hacia el celuloide. Existe un largo recorrido desde la magistral "El ladrón de Bagdad" de Raoul Walsh (1924) hasta "Jason y los argonautas". Todo ese periplo fue inspiración para Ray Harryhausen, que desde que acudió muy joven al estreno de la RKO, "King Kong" de Cooper y Shoedsack (1933), se dio cuenta de cuál sería su sino en la vida.

Ray Harryhausen. Espinof.

Fotograma de la película

El director de fotografía Wilkie Cooper. Mubi.

A esta maravilla de composición visual, le acompaña la partitura de Bernard Herrmann. El tema principal de su composición es una declaración de las intenciones de la película. La utilización de instrumentos de percusión de sonido grave, aporta la profundidad, la importancia del hecho que vamos a descubrir, como un héroe junto a sus compañeros, van a afrontar una maravillosa aventura. Los instrumentos de viento, casi a modo de fanfarria, anuncian la gesta. Toda la composición tiene aire de grandeza, con un ritmo a modo de marcha. La mayoría de las composiciones de la película van a tener la misma intención. Ese mismo año, Herrmann, compondría con sonidos electrónicos una colaboración más con el maestro Hichcock, para la inquietante "Los pájaros" (1963).



Edición de la banda sonora de la película. Intrada.


Esta película junto con otras de Ray Harryhausen, nos han hecho soñar a varias generaciones, a interesarnos por la literatura clásica de los héroes, por la propia historia del hombre y su espíritu descubridor. Una actitud esencial que bien puede simplemente comenzar en la mente de dos niños jugando entre dinosaurios y personajes del espacio, preguntándose por los Dioses del Olimpo y su mitología, o si existió la Cólquida.

Cartel de la película




Ambigú Cinema - "Jason y los argonautas" de Don Chaffey, 1963.








domingo, 13 de junio de 2021

LOS ARCHIVOS DEL AMBIGÚ #1


Tiene un lugar destacado en la videoteca de Ambigú Cinema. Fue la primera cinta VHS comprada. Aún vive a pesar de infinitos visionados. Se han cumplido 40 años doctor Jones. ¡A la espera de la quinta entrega!

sábado, 12 de junio de 2021

"El espejo roto" de Guy Hamilton, 1980.

Las novelas de misterio e investigaciones detectivescas eran mis preferidas en la infancia y juventud. Recuerdo cuando esos veranos de los ochenta, vividos en un sillín de mi bicicleta, series de televisión al medio día, piscina y viajes con mis padres, uno de mis hábitos preferidos era acudir por la mañana a la biblioteca de la Caja de Ahorros de Antequera, y pasear por entre las estrechas estanterías cargadas de volúmenes escritos. Allí, como si se tratase del "Amo del calabozo" la señorita Pepita Muñoz, con su voz suave y tranquila, me indicaba como moverme por aquel mundo fantástico y abrir algunas de sus cerraduras, descubriendo  "Los cinco" de Enid Blyton, "Los Hollisters" de Andrew E. Svenson, "Alfred Hitchcok y los tres investigadores" de Robert Arthur,... Algunas mañanas, medios días antes de almorzar o durante las noches de estío, devoraba aquellas aventuras y misterios. Ello, y el visionado de películas basadas en la literatura clásica del misterio, crearon momentos únicos que recuerdo con una mezcla de añoranza, alegría y emoción. Una de estas películas fue "El espejo roto" de Guy Hamilton, 1980.



Me encantan las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Agatha Christie por varias razones. La primera por sus repartos estelares. La intervención de distintos personajes en las tramas, hicieron que se pusiese de moda que estos fuesen interpretados por actores y actrices de renombre. Y la segunda, por su puesta en escena, tanto la física, como la fílmica. Siempre con un correcto manejo clásico del lenguaje visual por parte de sus directores. Constituyendo estas adaptaciones una forma ejemplar de contar ortodoxamente una historia, sirviendo su estilo como estudio en el manejo de un lenguaje visual, hoy un tanto atrofiado. A veces, llegándonos a perder en una especie de ensaladilla mixta de planos y secuencias, con una calidad y colorido espectaculares, pero con una falta de espíritu y cohesión en el total de la historia.

Cartel de "Asesinato en el Orient Express" de Sidney Lumet, 1974.

Cartel de "Muerte en el Nilo" de John Guillermin, 1978.

Guy Hamilton es ejemplar en esa forma de contarnos una película. Sobre todo, debemos considerar que tuvo un gran mentor, Carol Reed ("El tercer hombre" de 1949, "El tormento y el éxtasis" de 1965,...). Su estilo es elegante, tanto en las secuencias de masas como las individuales. Posee el toque de ese encuadre clásico que combina magistralmente con movimientos de grúa o travelling, introduciéndonos o sugiriéndonos las acciones. Ese estilo sabe desplegarlo maravillosamente en sus películas para la saga de James Bond, de las que dirigió cuatro. Desde la mítica "Goldfinger" (1964), pasando por la presentación de Roger Moore en la serie, con "Vive y deja morir". En "El espejo roto", pone su técnica y manejo del lenguaje al servicio de un reparto de infarto. Haber paseado entre los cambios de secuencia y en la filmación de las mismas, cruzándose con Elizabeth Taylor, Rock Hudson, Geraldine Chaplin, Tony Curtis, Edward Fox o Kim Novack, hubiese supuesto uno de los momentos más felices en la vida de un cinéfilo.

Guy Hamilton junto a Roger Moore en Mallorca. 007.

Un reparto estelar. Afiche de la película.

Christopher Challis fue el fotógrafo de este gran reparto. Cuidando el detalle al máximo, solo hay que observar cada una de las apariciones de Elizabeth Taylor o Kim Novak. Y muy en especial, en Angela Lansbury, maquillada para afrontar la edad de Miss Marple. Los interiores son claros, luminosos, permitiendo disfrutar del detalle (vestidos, mobiliario,...) de una forma natural, produciéndose los contrastes en los primeros planos o planos medios cortos de los protagonistas, reforzados con sus actuaciones.

Fotograma de la película. Angela Lansbury como Miss Marple.

La trama de la película está inspirada en la novela de Agatha Christie, adaptada por Jonathan Hales. En este caso, no será Monsieur Poirot, sino la simpática y atenta a cualquier pestañeo ajeno, Miss Marple. Angela Lansbury está perfecta como Miss Marple. Destacando en las secuencias con su sobrino inspector Craddock, interpretado por Edward Fox. Por cierto, una de las caras conocidas también será la del actor Charles Gray, uno de los villanos de Bond ("Diamantes para la eternidad" de Guy Hamiltos, 1971). Y como curiosidad, aparece por unos instantes el joven Pierce Brosman (sin diálogo), en una secuencia con Elizabeth Taylor. Una secuencia homenajeando la realización de las películas de época. De nuevo, nos encontramos con una película que se introduce dentro del mundo de la realización de las películas, dibujándonos los papeles del exigente productor (Tony Curtis), el sufrido director (Rock Hudson), y el choque implacable entre divas (Elizabeth Taylor y Kim Novak). Y por si fuera poco, entre todo esto una misteriosa muerte. No me olvido de ese guiño que se hace al comienzo de la película, al propio género de misterio, la típica secuencia en un salón con los sospechosos de un crimen encarados a las exposiciones del gran detective. Algo que en esta película no ocurrirá, ya que Miss Marple ... mejor no les cuento nada más.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Fotograma de la película


Disfruten del misterio, las interpretaciones, y de las ocurrencias de Miss Marple. Una película elegante, entretenida y simpática. Buen cine de entretenimiento.

Cartel de la película



Ambigú Cinema - "El espejo roto" de Guy Hamilton, 1980.



sábado, 5 de junio de 2021

"Amenaza en la sombra" de Nicolas Roeg, 1973.

Existían películas en mi juventud e infancia que me causaban cierta intranquilidad. Amén de monstruos clásicos y situaciones de angustia para un niño nacido en la década de los 70, había películas que con un poco más de edad en los 80, volvía a visionarlas y aquella intranquilidad, se traducía en admiración y a veces en comprensión. Algunos de esos momentos comenzaban a tener significado a medida que la edad me los descifraba. Una de estas películas era "Amenaza en la sombra" de Nicolas Roeg, 1973.



Toda película tiene una secuencia o una cara de actor o actriz que la define. En este caso, "Amenaza en la sombra" tiene como cara a Donald Sutherland y como secuencia me quedaría con el comienzo de la película. Un comienzo encriptado en planos, que se van descifrando, hasta desvelarse en el final dramático de la obra.

Fotograma de la película

Nicolas Roeg se caracteriza por la edición de sus películas. Recuerdo que en mi niñez visionar una película de Roeg, era como ver uno de eso videos musicales de "La bola de cristal" (RTVE 1984, 1988). Su edición a veces desordenada, una vez entendido su juego, te mantiene pendiente de la pantalla hasta el término de la obra. "Amenaza en la sombra" es así. A parte del interés que suscita la trama, la forma de estar editada y el trabajo interpretativo, al servicio del director, son las señas de presentación de la película de Roeg.

El director Nicolas Roeg. Mubi.

"Amenaza en la sombra" está basada en un relato de Daphne du Marier, escritora muy adaptada al celuloide y admirada por Alfred Hitchcock, cuyas obras inspiraron las películas "Jamaica Inn" (1939) y "Los pájaros" (1963). Nicolas Roeg toma el relato corto de Marier y le imprime una gran fuerza visual. Esta fuerza visual se despliega en planos precisos de las manos, las miradas (dejando expresar al intérprete),...  dando pie a detalles que nos hablan de la premonición de acciones y sucesos, que están ahí para ser descifrados por el espectador y el propio protagonista. Una especie de enorme puzzle que parece imposible de resolverse, o uno cree esperar un desenlace precipitado tipo al que nos tienen acostumbrados las películas de hoy, y no es así, llegando a disfrutar de ese momento de recuerdo, uniendo esos fragmentos en la consecución de la película. Todo ello con una capa de estilo y elegancia en el desarrollo del lenguaje visual. No sintiéndose el espectador, para nada estafado en ese juego visual.

Daphe du Marier. Alba editorial.

Edición escrita de relatos de Daphe du Marier.
Ediciones La biblioteca de Carfax.

Los intérpretes están geniales. Donald Sutherland, que parecía estar por aquellos tiempos en todos los repartos, le imprime al personaje de John Baxter esa maravillosa naturalidad y un aire de duda, convirtiéndose en nuestro lazarillo en el transcurso de la trama. Julie Christie, actriz que interpreta a la esposa de Baxter, nos introduce cada vez más y más en el misterio de la historia. Es su personaje quien tiene contacto con esa zona fantástica o paranormal, que no chirría para nada en cómo se va introduciendo en la historia. Entre los dos hay mucha complicidad, dibujándonos un matrimonio en momentos muy diferentes de sus vidas. Los dos personajes se apoyan en la trama, pero cada uno va obteniendo diferentes visiones o datos, que perfectamente complementan la visión del espectador, pero no la de los personajes. Destacable es la interpretación de Massimo Serato, gran actor italiano, como religioso que contrata los servicios de Baxter para restaurar una iglesia en la ciudad de Venecia. Serato imprime a su personaje ambigüedad, que hace al espectador dudar de la identidad del mismo. Otra de las interpretaciones es la de la médium, interpretada por Clelia Matania. Ella comienza a abrir ese camino donde la realidad comienza a fusionarse con el mundo espiritual. Roeg juega muchísimo con las apariciones de la médium, sobre todo hablándonos con las imágenes, con los símbolos, los planos detalles que mencionábamos al comienzo. Sus secuencias finales son geniales, sobre todo su actitud en la sesión espiritista. La figura de esta médium invidente ha sido muy utilizada en diferentes películas de género, ¿quién no se ha encontrado alguna vez en la pantalla una médium con ceguera? Y otra imagen, que veremos repetida también en otras películas, será la del niño o niña con un abrigo o chubasquero de color rojo, como identificativo en la pantalla y símbolo de precaución, de cuidado. De tal forma que hoy en día, vemos en la pantalla a un niño o niña con chubasquero, aparecer o desaparecer y de un color determinado, y sabemos que por ahí nos van a torturar.

Fotograma de la película. Donald Sutherland y Julie Christie.

Fotograma de la película. El actor Massimo Serato.

Fotograma de la película. La actriz Clelia Matania.


La fotografía de Anthony B. Richmond y Nicolas Roeg es muy natural, y de ensueño en algunos momentos como por ejemplo al comienzo y final de la película. Una fotografía muy realista, muy de los años 70. Venecia de estos años, donde se desarrolla la mayoría de la trama, se nos presenta como una ciudad fantasma. Incluso como lienzo para distintas imágenes subliminares (ejemplo, el cartel de la película "Uno contro tutti" de Charles Chaplin). Pocas son las secuencias donde se ve una ciudad masificada de turistas. Nos introducimos por entre sus estrechas calles, portales, soportales, edificios históricos,... sus sonidos, creándonos una atmósfera de misterio, que puede compararse con la del clásico Londres victoriano.

Fotograma de la película.

Fotograma de la película.

Y como banda sonora, las composiciones del maestro Pino Donnagio. Esta fue su primera incursión en el género de misterio y terror. La verdad es que tan intenso el poder visual de Roeg que cuesta trabajo acordarse de la aportación de Donnagio, pero está en cada momento y forma parte de ese todo concebido por el director. Imprescindible. Merece la pena recordar el tema principal de la película. Un tema mítico que comienza en Adagio con un solo de piano, al comienzo de la película, y a medida que avanza esta, va desarrollándose en otras secuencias con la participación de los instrumentos de flauta, guitarra, hasta tomar forma definitiva bajo las cuerdas de los violines.

El compositor Pino Donnagio. Il post.

Edición de la banda sonora de la película.
Silva Screen Records.

"Amenaza en la sombra" es considerada una de las películas de terror más interesantes de la historia de la cinematografía. Y en especial del género del terror en la década de los 70. Recordemos que esta década marcó en el género muchísimo estilo y caminos a seguir: "El exorcista" de William Friedkin (1973), "Carrie" de Brian de Palma (1976), "Halloween" de John Carpenter (1978),...  El estilo del director Nicolas Roeg, el actor Sutherlang, la ciudad de Venecia, y el compositor Pinno Donnagio conforman una pieza única del género, que solamente pudo producirse bajo la libertad artística y creativa de Roeg, en una década donde el género de terror y otros géneros evolucionaron, uniendo el cine clásico con el experimental como el de Bermand, las corrientes europeas de la mitad del siglo XX, conformando un panorama de directores y películas sobre los pilares de un cine renovado, artístico e incluso universal y empático con una amplia mayoría de los espectadores. Ahí es nada.

Cartel de la película



Ambigú Cinema - "Amenaza en la sombra" de Nicolas Roeg, 1973.




"Indiana Jones, en busca del arca perdida" de Steven Spielberg, 1981.

  Pasadas las celebraciones sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, la mayoría de los españoles hemos podido ver o casi ver, debid...