sábado, 3 de febrero de 2024

“Taron y el caldero mágico” de Ted Berman y Richard Rich (1985)

 Poco a poco nos vamos alejando de mis fechas preferidas del año, las fiestas navideñas. Incluso en esta semana el Sol se oculta más tarde. Un fastidio para alguien como yo, que prefiere las tempranas y largas sombras del ocaso. Debo ser optimista, sabiendo que más cerca está ese otoño ocre, húmedo, con mirada de calabaza misteriosa que por arte de magia se transforma en estrella de nuestras ilusiones con sabor a chocolate caliente y Roscón de Reyes. Quizás ese ambiente propicie mi alma de Peter Pan eterno. De ahí mi añoranza. Hace poco, volví a revisar un clásico que despierta este espíritu. Un clásico que en su año de estreno no tuvo el resultado esperado en taquilla. Hoy en día es considerada una joya del cine de animación por diversas razones. Volvamos a vivir la magia de “Taron y el caldero mágico” de Ted Berman y Richard Rich (1985).

 

 
Publicidad de la película

A los jóvenes de hoy en día habría que ilusionarles y animarles a cierto tipo de lectura. Lecturas que están inspiradas en clásicos griegos, en clásicos de otras culturas más ancestrales, en leyendas o incluso verdaderas historias de tradición oral, que recogen ese “viaje del héroe”, cuyos patrones son recogidos en la obra del mitólogo Joseph John Campbell. La lectura de estos clásicos te pueden abrir las puertas de mundos maravillosos, temerosos y fantásticos más allá de Netflix, HBO, Disney... 

 

Esquema del viaje del héroe. Puertafalsa.com

 “Taron y el caldero mágico” es una película basada en la saga “Las crónicas de Prydain” (1964 – 1968) de Lloyd Alexander. Son cinco volúmenes, siendo los dos primeros la inspiración para el largometraje.

 

Una edición de la obra de Lloyd Alexander

Desde el punto de vista estilístico, la apariencia del dibujo animado es el clásico de la factoría Disney de aquella época. Su coloración es más oscura, trasmitiendo esa atmósfera de misterio y miedo tan bien conseguida. Prolifera a modo general los tonos verdes y morado. El verde es el color de la esperanza, la estabilidad, la armonía, viéndose amenazado por el morado, que atendiendo a su significado negativo expresa locura, magia y misterio. Es un goce visual como se mueven o evolucionan las formas con estos colores. Hay secuencias memorables como la de las brujas o los momentos que tienen lugar en la guarida del temible rey Horned. Recordando mucho en algunos fragmentos, sobre todo en la aparición de los zombies, a la película “Piratas del Caribe: la perla negra” (2003). La película consigue una atmósfera especial en los momentos que podemos denominar de drama oscuro o misterioso. Es la coloración, la iluminación... Algo así me ocurre cuando veo la película “Mi amigo el fantasma” (1968), aunque la temática de esta última se mueva en el género de la comedia.

                                              Fotograma de la película


Fotograma de la película
 
Fotograma de la película
 

En los años 70, Disney jugó con las temáticas, adentrándose en géneros que antes había rozado, se encontraba algo perdida. Pero no solamente ella, era toda la industria. Y en los 80, destacó con ese aire oculto, intentando romper esa línea hacia la adolescencia que comenzaba a ser minada con los productos de Lucas y Spielberg, más sus imitadores. Varios títulos, hoy clásicos, salieron de aquella época, destacando la película que nos concierne, sin olvidar otras como “Los ojos del bosque” (1980) o “Dragonslayer” (1981).

Cartel de “Los ojos del bosque” (1980)

Cartel de “Dragonslayer” (1981)

No suelo entender las malas críticas o exigencias hacia el producto. No es un título fuerte de la factoría Disney por diversas razones comerciales o publicitarias, lo cual no quiere decir que sea disfrutable y tenga bastantes puntos de interés. Su tono oscuro no captó al público de los años 80, quizás se adelantó a su tiempo. Por otro lado, es verdad que el material literario sobre el que está basado es extenso. Se debe hacer una apreciación del film sin fundamentarse demasiado en su literatura. Sus secuencias, diálogos y ritmo son ligeros. Precisamente ello hace que sea un desarrollo de acción trepidante. Incluso muy del estilo de las películas de acción de por entonces. No sabría sacarle un “pero” a esta magnífica obra. A mí, me deja con ganas de más.

 

Fotograma de la película

Fotograma de la película
 
Fotograma de la película
 

Otro aspecto reseñable es su banda sonora, compuesta por Elmer Berstein. Las bandas sonoras al igual que cualquier composición musical, tienen la impronta de su actor. Si escuchas la banda sonora “Superman”, puedes relacionarla con la de “Star Wars”, del mismo compositor. La instrumentación, algunos pasajes, el uso de algún instrumento solista o de acompañamiento, en definitiva puedes reconocer al autor o como mínimo saber que una composición u otra tienen el mismo padre. Escuchando “Taron y el caldero mágico” de Berstein, te suena atmósfera de los “Cazafantasmas” (1984). Esta última fue supuestamente un trabajo posterior, seguramente seguido, dejándose sentir sin duda alguna esa atmósfera característica en esta película de animación.

                                                Fotograma de la película
 
Fotograma de la película
 
Fotograma de la película
 

“Taron y el caldero mágico” ha ido ocupando su puesto merecido a través del tiempo. Es una muy buena película de animación, con una historia clásica que nos traslada a esos mundos de magia, espada, dragones y hechicería, con unos cánones artísticos de gran altura y con el deseo de hacerte pasar una hora y media fantástica, encontrándote con ese yo que tanto deseas y añoras. Imagínate un día de aburrida rutina y de repente de camino a casa te encuentras un “sugus” en tu bolsillo, pues eso.

                                                   Cartel de la película

Tráiler de la película: https://www.youtube.com/watch?v=isAtOHLiMH8

Ambigú Cinema - “Taron y el caldero mágico” de Ted Berman y Richard Rich (1985)




 

 

"Indiana Jones, en busca del arca perdida" de Steven Spielberg, 1981.

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