viernes, 24 de septiembre de 2021

"El club de los cinco" de John Hughes, 1985.

Corría para mí la segunda mitad de los años 80. Todavía recuerdo, como a finales de agosto, cenando con mis padres al fresco de una venta, estos nos recordaban a mi hermano y a mí, lo próximo que estaba el nuevo curso escolar. Mi hermano seguía en EGB y yo iba a dar el salto a BUP. Un salto que suponía muchísimos cambios, no solamente en el estudio, sino en relaciones personales, nuevos hobbys,... Un mundo nuevo se me presentaba. No voy a negar sentir cierta inquietud, cualquiera ante una nueva situación la tiene. Pero el caso, es que fue más fácil de lo que yo creía. Con suma naturalidad esos cambios iban formando parte de mi presente y un futuro próximo. La edad de instituto tanto desde el punto de vista académico y personal, es uno de los momentos más delicados en la vida de una persona. Comienzas a formarte y darte cuenta que perteneces a un todo social. Se despliegan ante ti los arquetipos como si se tratase de un catálogo. Frente a ellos, asumes unos, eliges, cambias,... con todo lo que ello  supone. En definitiva, comienzas a intentar encontrar tu sitio. Por aquellos años 80, hubo una película que marcó perfectamente esa época adolescente y a pesar de los años, sigue conservando su mensaje y calidad como producto cinematográfico. Y es que hay temas, que mires por donde los mires, o intentes darle algún tipo de enfoque, son eternos y no cambian, amén de alguna moda. Era el año 1985, y al cine acudimos a ver "El club de los cinco" de John Hughes, 1985.


No se puede negar el ojo que tenía John Hughes a la hora de realizar películas para adolescentes. Hablábamos en una entrada anterior de la buena visión que este director/ guionista tenía para ello, sin caer en lo absurdo, la comedia o vayámonos a saber dónde. Es siempre algo delicado, sobre todo si uno desea que exista un mensaje y una determinada seriedad en su planteamiento. Y para remate, que no aburra.

El director junto al reparto. Cinéfilos frustrados.

"El club de los cinco" destila empatía en cada uno de sus fotogramas. Se busca precisamente eso, que el adolescente espectador o no adolescente se vea reflejado en algunos de los arquetipos personificados en sus protagonistas: la chica popular, el empollón, el deportista, la rarita y el chulito de la clase. Cada uno será llevado a sus extremos para dibujarnos unas vidas que en el instituto parecen ideales, desde cada uno de sus enfoques, pero que guardan entre sus paredes (personalidades de cara al exterior) verdaderos dramas.

La película es una verdadera sesión de diván para los protagonistas. Sus correspondientes vivencias y preocupaciones más personales, comienzan a florecer durante el encierro en la biblioteca del instituto un sábado por la mañana.

Fotograma de la película

Vemos poco a poco como los muy diferentes caracteres de ellos y ellas, a pesar de estar cada uno en las antípodas, comienzan a conectar en sus diferentes roces, contradicciones, adicciones,... Para nada se hubiesen escuchado entre ellos, ni lo más mínimo en algún pasillo o aula del instituto, pero el encierro, la corta distancia, el sufrir el mismo castigo, los une en un estado de lo más humano.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

La película fue de un éxito enorme. Hay que recordar que coincidió con "Superdetective en Hollywood" de Martin Brest (1984), protagonizada por Eddie Murphy. Hoy en día está en el top de las películas de adolescentes y de los estrenos de los 80.

Fotograma de "Superdetective en Hollywood" de Martin Brest (1984)

Fotograma de "El club de los cinco"

De su banda sonora hay que recordar el tema de "Don´t You" de Simple Minds, de reconocimiento internacional. No las tenían todas consigo. De hecho rechazaron la melodía compuesta por Keith Forsey y Steve Shiff. Tras volver a sopesarlo, hicieron historia. Todos recordamos la voz en off del personaje de Brian (el empollón, Anthony Michael Hall), leyendo una carta al director, el Sr. Vermont (Paul Xavier Gleason). El director al comienzo del castigo le pide a cada uno redactar un ensayo, describiéndose a sí mismo. Al final, Brian redactará una carta al Sr. Vermont, negándose a describirse cada uno de ellos, expresando que se consideran injustamente etiquetados.

Fotograma del videoclip de "Don´t You" de Simple Minds

Fotograma del videoclip de "Don´t You" de Simple Minds

De nuevo, John Hughes vuelve a equilibrar perfectamente en su historia momentos de reflexión, de debate,... con momentos entretenidos. Arrastrando al espectador hacia la empatía con los protagonistas.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Cuando vi la película, me cogió precisamente en esos años donde mi adolescencia empezaba a echar raíces. Con esa edad, comienzas a sentirte identificado con determinados movimientos, modas, formas de ser. A veces, tomas de aquí, un poco de allá, construyes poco a poco una personalidad. Te encuentras como si fueses Victor Frankenstein en su laboratorio, uniendo miembros de distintos cadáveres. Pero al final, dependiendo del entorno y mil y un factores, tu Yo, modela poco a poco todos esos trocitos, dándole su propio matiz, a base de aciertos y errores. Así es la vida. A veces unos los tienen más fácil y otros se pasan la vida modelando. De todas formas, la vida es un recorrido en el que hasta el final, uno pule, crece e intenta encontrar su sino. Es un largo camino de alegrías, tristezas, frustraciones, éxitos,... Como dice la canción de Simple Minds, "...un lento cambio... cuando la luz entra en tu corazón".

Cartel de la película



Ambigú Cinema - "El club de los cinco" de John Hughes, 1985.




viernes, 17 de septiembre de 2021

"Chocky" de Christopher Hodson y Vic Hughes, 1984.

 Y han llegado las primeras lluvias. No falla. El comienzo de las clases escolares, los horarios de trabajo se adaptan a la normalidad del trasiego diario,... Es el comienzo de una época que me encanta. Comenzamos a dejar atrás los calores veraniegos, pero mirando de reojillo a San Miguel.  Estar una tarde en casa, sentir en el exterior como llueve, la luz del día se atenua, y te pones una ligera manga larga. Se agolpan recuerdos, de las meriendas en casa, de cómo pasabas las tardes entre juguetes y fantasías, y por supuesto frente a la televisión. La televisión de entonces tenía solo dos canales, y para mí, era más divertida e ilustrativa que la de ahora. Las series de entonces para nuestra edad, tenían siempre un "british air" especial. No todas ellas eran británicas. De aventuras, de misterio, de ciencia ficción,... los medios eran muy televisivos, pero estaban muy bien filmadas e interpretadas. Algunas de ellas, basadas en éxitos literarios, lo cual te alentaba a descubrir más en la lectura de los mismos. Una de estas series, un tanto olvidadas por la memoria colectiva y que a mí, me encantaba, y he de reconocer me inquietaba un poco era "Chocky" de Christopher Hodson y Vic Hughes, 1984.


Corrían los maravillosos años 80, cuando una extraña serie, sobre todo por su temática, se introducía en los hogares españoles. Pocos la recuerden por su edad; otros recordarán su cabecera misteriosa, con la imagen del niño protagonista superponiéndose a la imagen rotativa de un prisma piramidal; o por la imagen de Chocky, una especie de nube verde fosforescente.

Fotograma de la serie

Fotograma de la serie

La serie está basada en la novela de ciencia ficción de John Wyndham, "Chocky" (1968). Un autor que sabía introducir situaciones especiales o sucesos extraños y amenazadores en entornos muy normales y apacibles. A él, le debemos la inspiración para uno de los clásicos cinematográficos del terror, "El pueblo de los malditos" de Wolf Rilla (1960). Una película basada en su novela " Los cuchillos de Midwich" (1957).

Una de las ediciones de la novela "Chocky" de Wyndham

Una edición de la novela "Los cuchillos de Midwich"
de Wyndham

Fotograma de "El pueblo de los malditos" de Wolf Rilla (1960)

Siempre me han atraído aquellas historias que se entremezclan con la realidad, sin alterarla en apariencia, e introduciéndose un hecho fantástico mínimo, pero que en el transcurso de la historia se hace virulento. Recuerden por ejemplo, "Los invasores de los ladrones de cuerpos" de Don Siegel (1956), "Las semillas del espacio" de Steve Sekely (1962), "La isla del terror" de Terence Fisher (1966),...

Fotograma de "Los invasores de los ladrones de cuerpos" de Don Siegel (1956)

Fotograma de "Las semillas del espacio" de Steve Sekely (1962)

Fotograma de "La isla del terror" de Terence Fisher (1966)

En estas historias existe un gran peso de las vidas de sus personajes y el entorno. En el caso de la serie televisiva, "Chocky", nos centramos en la vida de su joven protagonista, Matthew (Andrew Ellams) y su familia. La llegada de un extraterrestre incorpóreo y su estrecha relación con él, a modo de amigo invisible, va modificando acontecimientos en el desarrollo normal de su familia. Si vemos los capítulos, sobre todo los de la primera temporada, no hay artificios visuales, ni grandes efectos especiales, que se esperarían de una serie actual. En la serie, juegan con el cambio del niño, en cuanto a sus pensamientos, preguntas a sus padres, su ánimo por descubrir e investigar se dispara, al igual que su creatividad artística. En sí, es como si la intervención de Chocky, fuese una especie de despertar hacia la madurez y una conciencia más abierta al entorno de Matthew.

Fotograma de la serie

Fotograma de la serie

Hoy a pesar de las décadas transcurridas, me sigue gustando tanto su trama como su realización visual. De vez en cuando, me dejo llevar por la nostalgia, y me veo algún capítulo de la serie.

Fotograma de la serie

Otro punto a su favor, es el tiempo de emisión. Es decir, el tiempo de duración de cada capítulo de la serie, unos veintitantos minutos. Hoy en día estiran de forma descomunal, temporada tras temporada, algunas series que con un par de ellas o incluso uno, quedarían perfectamente resueltas. Pero en fin, sabemos que la industria es la industria y como funciona, a veces en detrimento de obtener un producto redondo.

Fotograma de la serie

Fotograma de la serie

Volviendo a la serie, la introducción ponía siempre los bellos de punta con el grito y una especie de luz blanca yendo hacia el espectador. A eso le sumabas, el prisma rotando en el espacio, la cara inexpresiva de Matthew convirtiéndose en una especie de molde, y como colofón las letras con caracteres especiales de Chocky. Por cierto, ese momento en el que la cara del niño se convierte en molde, siempre me ha traído el recuerdo de una de las secuencias de "Superman" de Richard Donner (1978), cuando Clark Kent en la Fortaleza de la Soledad está recibiendo los conocimientos a través de su padre Jor-El. Hay un momento en el que la cara de Marlon Brando se transforma en una máscara, dando paso a la primera  vez que vemos a Superman con su traje y realizando un vuelo hacia la cámara. Momentazo.

Detalle de un fotograma de la cabecera de la serie

Detalle de un fotograma de la cabecera de la serie

Detalle de un fotograma de la película "Superman" de Richard Donner (1978)

Existen dos comienzos de series que siempre me han inquietado, la de "Chocky" y la de serie de "Verano Azul" de Antonio Mercero, 1981. Sí, es verdad. Todos pensamos en la pandilla que van haciendo camino en bici, mientras salen los diversos personajes de la serie de Mercero, pero el comienzo es un poquito inquietante: el Sol en los montes de Nerja con la música misteriosa llegando a su cénit, emitiendo los instrumentos de viento una serie de notas algo perturbadoras. Mérito de su compositor, Carmelo Bernaola.

Detalle de un fotograma de la cabecera de la serie
"Verano Azul" de Antonio Mercero, 1981

"Chocky" es una serie de televisión bien realizada, siendo lo más fiel que se puede a su autor literario, en una adaptación televisiva. Aunque decidiesen realizar el transcurso de los hechos en la época actual. Fue para muchos de nosotros, dependiendo de la edad, una especie de despertar hacia unas historias de otra especie de nivel.  "Chocky" fue todo un éxito en Gran Bretaña y otros países. Nosotros tuvimos la suerte de disfrutarla. No había nada como disfrutar una serie como esta, con tu batita y zapatillas, en la estufa, con tu "Don Micki" o "Copito" al lado, para cuando terminase la emisión del capítulo. No había planazo mejor.


Cabecera de introducción de la serie

"Chocky" de Christopher Hodson y Vic Hughes, 1984:

https://www.youtube.com/watch?v=e3ztIDFU2P8


Ambigú Cinema"Chocky" de Christopher Hodson y Vic Hughes, 1984.



viernes, 10 de septiembre de 2021

"Todo en un día" de John Hughes, 1986.

 

En estas fechas de septiembre en las que nos encontramos, suele venir a mi memoria los comienzos de cursos académicos de mi juventud, más que de mi infancia. Los de la infancia eran divertidos, la ilusión en las idas y venidas a la papelería por los libros de textos, el material escolar,... pero los de mi juventud, considerando mis inicios en B.U.P., allá sobre finales de los 80, eran de otro tipo. El suspense y el peso de algunas nuevas asignaturas como Física y Química, Geografía mundial, Latín,... marcaban aquellos años. Los horarios eran diferentes, había nuevas responsabilidades, compañeros y compañeras,... otro universo con su particular atractivo. Existen dos películas que marcaron esa época en mis vivencias, las dos del mismo director. Un director que supo perfectamente retratar a la juventud de por entonces, con historias que aparte de entretener, transmitían un mensaje, cargado de crítica. En este mes de septiembre, comentaremos esas dos películas. Hoy me apetece hablaros de "Todo en un día" de John Hughes, 1986.

El estreno de la película coincidió con mi paso de E.G.B. a B.U.P. Mi mundo comenzaba a cambiar poco a poco, ya no solo por los estudios, distinto colegio, y todo lo que conlleva ese tipo de cambios. Comenzaba a interesarme por historias en las que iba descubriendo nuevas capas que hablaban de las verdades de la vida, que normalmente queda oculta en la etapa de niño. La adolescencia llamaba a mi puerta, y por supuesto en una de mis pasiones, ver películas. Eso sí, sin traicionar a mis géneros favoritos. El director que se encargó de ello, fue John Hughes.

Fotograma de la película

John Hughes tenía una visión ortodoxa de filmación, pero su fuerte he considerado que ha sido la escritura de guion. Cuando se trata el tema adolescente se puede caer en el error de convertir la historia en un pañuelo de lágrimas o directamente en una comedia juvenil. Hughes sabía perfectamente balancear y equilibrar los diferentes momentos, construyendo sus tramas como si se tratase de la mente de un adolescente. Dando una visión seria de determinados problemas y sus consecuencias, pero a la vez aderezando las acciones con los momentos de comedia, o fuertemente empáticos con el joven público. Sus películas son una crítica elegante del mundo adolescente.

El director John Hughes. BBC.

Publicidad de la película

"Todo en un día" gira en torno a un popular alumno de instituto, Ferris Bueller (Matthew Broderick), y sus deseos de pasar un día de asueto. O sea, hacer lo que denominamos rabona o pellas. Y para ello, planifica astutamente una serie de sucesos y engaños para burlar a sus padres y al temido director del instituto, el señor Rooney (Jeffrey Jones). En ello, involucrará a su mejor amigo, Cameron (Alan Ruck), y a su novia, Sloane (Mia Sara).

Fotograma de la película

La película nos muestra un ambiente de instituto típico de la época, que en el pasar de los años no ha cambiado mucho, y a distintos profesores, destacando el profesor que se toma sus clases como monótonos dictados de sus conocimientos, sin didáctica alguna hacia su alumnado.

Fotograma de la película

El reparto de la película anda salpicado de caras muy conocidas, y muy repetidas por Hughes en sus producciones, y en otras producciones de carácter juvenil: Edie McClurg, Charlie Sheen, Jeffrey Jones, Jennifer Grey,...

Fotograma de la película - Edie McClurg

Fotograma de la película - Charlie Sheen

Fotograma de la película - Jeffrey Jones

Fotograma de la película - Jennifer Grey

"Todo en un día" llama la atención por la inventiva de su protagonista, y su capacidad de adelantarse ante cualquier incidente o metedura de pata. Claro está que se suele exagerar en algunas de la situaciones, pero la realización de Hughes hace que no chirríe tales exageraciones.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

De las situaciones cabe destacar la recogida en el instituto de Sloane, con Ferris disfrazado del padre de ella; el peinado sin fondo de la secretaria del director, donde esconde y pierde de forma inconsciente lápices; la visita de los tres al museo de la ciudad; la hilarante visita del señor Rooney a la casa de Ferris, para intentar destapar su falta injustificada a clase;... Pero para mí, hay  algunas que considero míticas y que forman parte incluso del imaginario cinematográfico colectivo: la cabalgata por mitad de la ciudad donde Ferris hace playback de entre otras de "Twist and shout" de los Beatles; o el final de los créditos, con el señor Rooney subiendo al autobús escolar, totalmente destrozado (literalmente), tras haber sufrido al intentar descubrir el engaño de Ferris en la casa de este. Estas últimas imágenes con el alumnado observando al director, la alumna con la que se sienta ofreciéndole un caramelo, y mirando este a la cámara, rompiendo la cuarta pared, es cómicamente brutal. Todo ello, amenizado con la melodía "Oh Yeah" de Yello. De carcajada.

Fotograma de la película

La banda sonora esta compuesta por Ira Newborn, habitual de John Hughes. Pero sin duda, es el recopilatorio de diferentes melodías la que hace especial la banda sonora de "Todo en un día": "Danke Shoen" de Wayne Newton, "Beat City" de The Flowerpot Men,... y algún que otro clásico como por ejemplo, de Luigi Boccherine, o del mismísimo John Williams. La huida del Ferrari 250GT California del padre de Cameron, bajo los acordes del tema principal de "Star Wars" es impagable.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

"Todo en un día" es una película llena de situaciones que empatizan o empatizaban con la juventud de los 80. La vida está llena de emociones en cada una de sus parcelas. En definitiva, Ferris, intenta demostrar eso a sus amigos y a los espectadores. Un mismo día puede significar muchísimo en nuestras vidas. Vidas que dejamos a veces sobrevuelen las horas de una jornada encorsetada en horarios y obligaciones, y en la que no nos paramos un poco a vivirla o a disfrutar de sus más pequeñas apreciaciones, que pueden simplemente empezar con el abrir los ojos cada mañana.

Cartel de la película


Ambigú Cinema - "Todo en un día" de John Hughes, 1986.






viernes, 3 de septiembre de 2021

"La furia" de Brian De Palma, (1978).

 Había películas de los 70, sobre todo de finales de aquella década, que debido a mi edad, me daban miedo o quizás inquietud. La de hoy, recuerdo haberla descubierto en el cine con mis padres, y luego más tarde, en sucesivos visionados, perder esa inquietud primeriza e ir admirando a uno de los directores con un estilo visual que homenajeaba sobre todo a los grandes del género del suspense y del thriller, como Alfred Hitchcock. Brian De Palma, sin haberse recuperado de su gran éxito de por entonces, "Carrie" (1976), nos iba a ofrecer otro espectáculo de género. Volvería a contarnos una historia sobrenatural, esta vez mezclando connotaciones policiales y de agencias gubernamentales. De Palma, de nuevo, volvería a sorprendernos con una película que incluso ha ganado con los años, "La furia" (1978).


Cuando De Palma irrumpe en el panorama visual, sus tramas no tienen nada de original, sino la forma de ser enfocadas visualmente. Bebiendo de estilos clásicos sabe innovar ese lenguaje. De la famosa panda de amiguetes conformada por Lucas, Spielberg, Coppola y De Palma, es este último quien posee un estilo más personal, como más independiente, o quizás lo más correcto sería decir, experimental.

En el centro de la fotografía, Brian De Palma. Clarín.

Brian De Palma. Aloha Criticón.

En "La furia", podemos encontrar marcas del estilo visual del director: los planos partidos en pantalla con diferentes situaciones o puntos de vista, profundidades de campo igualadas, cámara lenta con ausencia de sonido (solo música) en situación dramática,... y la composición de planos.

Fotograma de la película

Existe una curiosa conexión de esta película con la pandilla de amigos, mencionada con anterioridad. Comenzamos por la protagonista, Amy Irving (Gillian), novia por aquel tiempo de Steven Spielberg. Seguimos con el casting de "Star Wars". Amy hizo las pruebas para princesa Leia, y Andrew Stevens (Robin), hizo también pruebas para ser Luke Skywalker. Así que, al final ninguno de ellos alcanzaron esos papeles, pero se vieron juntos en una aventura donde se podría decir que "la fuerza" tenía un papel predominante. Dos jóvenes intérpretes que ya por entonces empezaban a destacar, aunque más tarde Andrew Stevens acaparase más popularidad con la serie de principios de los 80, "Dallas".

Fotograma de la película. Amy Irving como Gillian.

Fotograma de la película. Andrew Stevens como Robin.

Del reparto hay que destacar a Kirk Douglas (con una forma impresionante), interpretando a Peter Sandza (padre de Robin); y a John Cassavetes, con ese aire de persona de doble cara que también sabía interpretar. Con estos y otros nombres como: Carrie Snodgress, Charles Durning,... la película tiene un gran peso actoral, amén de nuevas caras que por aquellos tiempos comenzaban a debutar en la pantalla grande, como eran por ejemplo, Dennis Franz y Daryl Hannah.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

La primera secuencia hace que la película tenga un arranque espectacular en una playa de Oriente Medio. A partir de ahí, uno se deja llevar por el suspense, el terror y lo paranormal, donde el enfoque fantástico es secundario, primando más el thriller. Hay una secuencia fantástica de como De Palma maneja la atmósfera del thriller, me refiero a la de la persecución de coches con Douglas (siempre en estado de gracia), dos policías y miembros de la agencia secreta, terminando en el muelle de la ciudad.

Fotograma de la película

Y mención aparte, la secuencia a cámara lenta de la huida de Guillian, ayudada por su profesora (Snodgress ) y Peter (Douglas). Sin sonido, solo música y la interpretaciones gestuales y de acción de los implicados constituye un tremendo ejercicio visual. Es una secuencia de estudio en escuela de cine. Es un carrusel de distintas sensaciones, manteniendo al espectador en el filo de la butaca.

Fotograma de la película

La película, siendo una película de Brian De Palma y con este tipo de temática, posee planos que han creado escuela. De alguna u otra forma es una actualización de otros realizados por grandes maestros del género. Tenemos el plano en el que Gillian ve imágenes a su alrededor fuera de la situación en la que se encuentra realmente, bastante bien ideado con proyección de transparencias con el cuerpo de la actriz rotando en el centro del encuadre. Otro, es la caída de una de las profesoras sangrando sobre una mesa de cristal. Y los típicos planos De Palma, con igual profundidad de campo en enfoque partido. De los que se puede destacar en este tipo de composición de profundidad de campo, me llama bastante la atención cuando Robin se encuentra sentado en un sillón y su mano en primer plano arrasca el tapizado con nerviosismo, viéndose él en segundo plano, igualmente bien enfocado.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Podríamos estar hablando de cada una de las secuencias largo y tendido, y es que De Palma en esta época, se salía de lo normal. Era quizás lo más destacable visualmente en el género del thriller.

Fotograma de la película

La banda sonora viene de la mano del maestro Williams, John Williams. Su estilo sinfónico trajo de nuevo la época Hollywoodiense de Miklos Rósza, de Steiner, componiendo para películas como "Tiburón" (1975), "Superman" (1978), "Star Wars" (1977),... donde el romanticismo musical y "el leitmotiv" son la firma del estilo de Williams. La partitura de esta película tiene un cierto "déjà vu" en sonidos misteriosos y tonalidades con la última película de Hitchcok, "Family Plot" (1976). No obstante la obertura se disfruta directamente con los créditos de presentación sobre pantalla en negro, marcando el tono de la película; y en los momentos de suspense, la música de Williams hace subir el tensiómetro a la estratosfera. Nada más hay que recordar la secuencia a cámara lenta que hemos comentado, o la secuencia final de la película, espectacular.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Brian De Palma es un atrevido gran contador de historias, en especial de thrillers. No será la última vez a la que nos referiremos a él y su obra cinematográfica en este blog. Un creador que modernizó el thriller con aire independiente. Un director al que solo se le puede poner un  "pero". El día que Lucas proyectó "Star Wars" en "petit comité" a sus amigos. De Palma comentó que la película la veía con pocas expectativas. Todos hemos tenido en alguna ocasión, un mal día.

Cartel de la película


Ambigú Cinema - "La furia" de Brian De Palma, (1978).




"Indiana Jones, en busca del arca perdida" de Steven Spielberg, 1981.

  Pasadas las celebraciones sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, la mayoría de los españoles hemos podido ver o casi ver, debid...