viernes, 23 de abril de 2021

"Concierto macabro" de John Brahm, 1945.

Tengo una debilidad por los ambientes sombríos y de época, desde el punto de vista cinematográfico. Una atmósfera que bebe del expresionismo cinematográfico alemán. No hay nada como deleitarse en ese tipo de películas. De entre mis preferidas, tengo una con especial cariño, ya que gira entorno al mundo de la música. Y si para colmo, el encargado de la banda sonora es Bernard Herrmann, estoy siempre dispuesto a visionarla. Una película donde la música y el sonido tienen gran protagonismo, y no como artificio cinematográfico. Recordemos “Concierto macabro" de John Brahm, 1945.


La música y el sonido van a tener un especial protagonismo. La música, porque el protagonista es un compositor musical, intentando destacar en Londres a primeros del siglo XX. Y el sonido sin armonía, a modo de ruido, de forma un tanto paradójica, nos descubrirá la cara malvada y psicótica del protagonista. Una especie de doctor Jekyll y señor Hyde de lo sonoro.

Fotograma de la película

La película está basada en otra novela de Patrick Hamilton “Hangover Square" (1941), y digo otra, porque ya hemos hecho mención de este autor en otras películas anteriores, “La soga" de Alfred Hitchcock (1948) y “Luz que agoniza" de George Cukor (1944). Ambas basadas en sus obras literarias. John Brahm hace una adaptación visual basada en el ambiente sombrío, en la atmósfera del claro oscuro; en encuadres maestros muy forzados en perspectiva; y en la música de Herrmann. Todo ello, partiendo de la descomposición que hace Barré Lyndon de la obra de Hamilton. Lyndon fue uno de los grandes escritores británicos que terminó escribiendo guiones, sobre todo adaptaciones de obras literarias. Quedaría para la historia su adaptación del gran clásico de H.G. Wells, “La guerra de los mundos” de Byron Haskyn, 1953.

El director John Brahm

Portada de la obra de Patrick Hamilton

El protagonista interpretado por Laird Cregar, el compositor George Harvey Bone, sufre un trastorno psicótico. Cada vez que un tremendo sonido (una caída de instrumentos, choque de tuberías,…) se cruza en su camino, su personalidad se transforma en la de un asesino. Alguien totalmente distinto. Un artificio que me recuerda siempre a un capítulo entre Piolín y Silvestre (serie de dibujos animados), donde “el tierno gatito" con un fuerte sonido se convierte en servidor del diminuto pájaro. Pero en nuestra película, la cosa es más seria. El crimen anda de por medio. Y con unos momentos de tensión espectaculares. Cualquiera que visione la película no olvidará el momento en que Harvey (como asesino) se deshace del cuerpo de una de sus víctimas, Netta (Linda Darnell), aprovechando una hoguera para la celebración de la noche de Guy Fawkes, como si se tratase de algo inservible de casa para avivar el fuego.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

La gran secuencia es la del concierto que ofrece como estreno de su obra. La cámara se pasea en largos planos tomados desde una grúa por el set. Toma gran protagonismo la música de Bernard Herrmann. El último plano de George, sentado al piano, entre las llamas, alejándose la cámara en picado, desapareciendo el pianista entre la humareda, es de matrícula. Añadiendo la dificultad que tuvo que existir en aquel tiempo, por infraestructura y atrezzo. Un gran final visual.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

John Brahm hizo un gran trabajo. Contó con el mismo equipo con la que realizó el año anterior, “Jack, el destripador" (1944). Ese toque expresionista alemán que conocía a la perfección (nacido en Hamburgo, trabajó en Alemania en cine y teatro, hasta que los nazis llegaron al poder) hacia destacar sus obras. El estreno de la película no pudo contar con el actor principal, Laird Cregar, quien falleció de un infarto.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

“Concierto macabro" es testimonio de buen cine. Con una realización ortodoxa, buscando la máxima expresión en el encuadre, John Brahm nos deja esta película para demostrarnos que con una historia sin grandes giros argumentales, revelándonos el asesino desde el comienzo de la obra, y filmada en estudio  (tanto los interiores como los exteriores), puede ser una gran película. Hoy cuando nos intentan llamar la atención con efectos especiales, asesinos descubiertos en el último instante, y mil un artificios explotados en otras producciones, nos hace reflexionar, sobre la importancia del contador de historias, el director de la película. Es esencial. En mi vida he tenido grandes maestros de la teoría cinematográfica. Pero sin duda el recibido por el gran director de cine argentino, Óscar Orzábal Quintana, se materializa en esta película: “Si no se sabe contar bien una historia, sea del género que sea, tenga o no grandes apoyos técnicos o humanos, la película se caerá”. El director debe saber contar una historia. John Brahm es uno de esos grandes contadores de historias que supo dejar su visión, tanto en cine como en futuros trabajos televisivos que realizó en "Alfred Hitchcock present´s" (1955/ 1965), "The Twilight Zone" (1959/ 1964), "Boris Karloff presenta ("Thriller Boris Karloff" - 1960/1962),... 

Cartel de la película


Tráiler de la película: https://youtu.be/SW-KkfL7Zv4

Ambigú Cinema - "Concierto macabro" de John Brahm, 1945.





viernes, 16 de abril de 2021

“Perseguido" de Paul Michael Glasser, 1987.

 A través de los años he intentado huir de la pedantería cinematográfica. Me encanta la gente que igual se ve un clásico, una película de Bergman o disfruta de la última de Batman. En el eclecticismo creo encontrarme de maravilla. Los secretos del arte se encuentran en la más mínima expresión del mismo. Tendencias, estilos, épocas, modas,… son el envoltorio de cualquier obra. Lo esencial es el mensaje, lo que denominamos en escritura de guion, “la idea". Si el autor, esa idea, nos la hace llegar a través de un western, una de policías, un drama histórico,… eso será su vehículo para hacernos partícipes de su obra. Todo ello viene a colación de que el fin de semana pasado, me puse a visionar con alma ochentera, como si hubiese salido al videoclub y trajese mi cinta VHS bajo el brazo, una película que tenia ganas de volver a ver. Llevaba tiempo sin verla. Sofá, mando a distancia y a disfrutar, sin pensarlo dos veces. No saben ustedes lo profética que puede ser una película de Arnold Schwarzenegger. Puro oráculo con “Perseguido" de Paul Michael Glasser, 1987.



Nadie nos puede negar que los años 80 fueron una maravilla para el cine comercial. Un cine que trataba y conseguía casi siempre entretener. Conocimos a nuevos directores, herederos de la edad de oro de Hollywood, e intérpretes promesas, alguna de ellas consolidadas en la actualidad. Pero como bien dicen y recuerdan, de vez en cuando, los amigos del programa “Remake a los 80”, no todo era Spielberg o Lucas. Cierto.Y para ello, “Perseguido".


La película tuvo su inspiración nada más y nada menos que en una novela de Stephen King (bajo seudónimo), “The Running Man". Teniendo como base este material, se recurre al guionista Steven E. de Souza (“V" la serie de 1984, “48 horas" –1982, “La jungla de cristal" –1988,…) y al director Paul Michael Glasser (famoso por protagonizar al detective Starsky, en la serie “Starsky y Hutch", entre 1975 y 1979), contratado días antes del comienzo del rodaje. Una locura, ¿verdad? Sin olvidar una pieza esencial, Schwarzenegger. A partir de aquí… como diría, James Bond tras pedir su Martini seco,… “mezclado, no agitado".

Novela bajo seudónimo de Stephen King

El guionista Steven E. Souza. IMDb.

Fotograma de la serie "Starsky y Hutch".
Paul Michael Glasser y David Soul.

“Perseguido" fue un producto final moldeado para su protagonista, Arnold Schwarzenegger. El guion de Souza pretendía que el protagonista fuese un hombre corriente (para el papel se pensó incluso en Christopher Reeve), pero al entrar Arnold, eso se desmoronó. Yo creo que el plano maestro que nos habla de este asunto es cuando Ben Richards (Arnold) se pasea con una viga al hombro antes de una huida entre tiros, al comienzo de la película. Por cierto, un tipo de plano cinematográfico muy suyo. Solamente recordar el comienzo de la película “Commando" de Mark L. Lester en 1985. En este caso fue el tronco de un árbol. A ver quien le ganaba un casting en esto. ¡Je!

Fotograma de la película

Arnold se hace con la película desde el comienzo. Su carisma, el tono del argumento, … todo ello se pone o se transforma en lucimiento del actor. Un lucimiento físico e interpretativo, dentro de las pautas marcadas y requeridas por el producto. Nos debemos de fijar que el actor es explotado rápidamente en sus giros de cabeza, encontrando siempre el objetivo de la cámara, una mirada que intimida. El actor ya era una cara súper conocida en el cine. Por aquel tiempo ya había tenido taquillazos y películas para la historia como “Conan, el bárbaro" (John Milius, 1982), “Conan, el destructor” (Richard Fleischer, 1984), “Terminator” (James Cameron, 1984),… y el sabía perfectamente que explotar de sí, y como explotarlo. Los directores que han trabajado con él, siempre se dejaron asesorar.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Fotograma de la película

El director supo poner orden a todas las ideas y la cantidad de versiones que existían del guion. Demostró tener un buen control de la situación. En este tipo de casos, tener tablas en televisión, te hacen salvar la papeleta. El genio se acrecienta y la capacidad de improvisar algún escollo es alta. A pesar del presupuesto, la prontitud en pertenecer al proyecto, Glasser logra sacar buen provecho a momentos. Esta película tiene una especie de “déjàvu" a John Carpenter, sobre todo en “Rescate en New York" de 1981. La temática es diferente, pero ese futuro distópico, la cruzada del protagonista y sobre todo esa música de sintetizador, a mí al menos, me la trae al recuerdo. Por cierto compuesta por Harold Faltermeyer. Siempre nos deja tarareando algo suyo, cuando se le escucha. Un grande. Suyas son algunas bandas sonoras famosas de los 80: “Superdetective en Hollywood" (Martin Brest, 1984), “Top Gun" (Tony Scott, 1986),…

El compositor musical Harold Faltermeyer

A través de Ben Richards, se nos presenta un futuro (en aquel momento del estreno de la película) que traído al presente… nos suena a broma pesada. Medios de comunicación manipuladores, programas estrellas de televisión que tienen a todas horas enganchada a la audiencia,… una sociedad perdida en un burdo y manipulador entretenimiento, mientras la realidad golpea atrozmente a una población sumida a los deseos feudales de sus gobernantes. Espeluznante. La simple lectura de la introducción que se hace con rótulos sobre la situación del futuro donde se desarrolla la película es para enmarcarla, atendiendo a nuestra realidad presente.



Rótulos al comienzo de la película

Las mil y unas peripecias de un inocente para huir de su muerte en un programa de televisión, en este caso la de Ben Richards (Arnold Schwarzenegger) la han convertido en película de culto y muy a nuestro pesar, en una película en cuyo análisis de capas se nos revela cruelmente profética. Sí, no he de ocultar que pase un buen rato, dejándome llevar de la mano de Arnold y María Conchita  Alonso (Amber Méndez) por ese futuro aterrador. Me sentí catapultado a mi juventud videoclubsera. Reí, recordé, y… reflexioné. Reflexioné sobre la capacidad del artista. De como un poeta, puede escribir un verso en una sencilla hoja de servilleta en un bar, y una película de Schwarzenegger, te puede hacer también meditar. Esa es la grandeza del cine y del arte.

Cartel de la película

Tráiler de la película: https://youtu.be/AVQoWee_z_A

Ambigú Cinema - "Perseguido" de Paul Michael Glasser, 1987.




viernes, 9 de abril de 2021

"Drácula, de Bram Stoker" de Francis Ford Coppola, 1992.

El verano de 1992 fue un verano lleno de recuerdos. El verano pasó entre la piscina de los salesianos, ensayos en la Coral, viendo en la televisión los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona, y callejeando por la ciudad de Antequera en las calurosas noches de estío junto a mi hermano (vampirizado) y amigos, Miguel y Manuel. Filmábamos nuestra primera película casera con la ayuda de una cámara de video Amstrad, propiedad de Miguel. ¡Que verano! El tema de aquella película giraba entorno al vampirismo. Desde aquel verano, los sucesivos, estuvieron marcados con nuestros estrenos de películas, donde participaba la pandilla de amiguetes. Y si fuese poco, ese mismo verano del 92 se estrenó en España, una de las películas a las que tengo un especial cariño. La obra subió el listón del terror llevado a la gran pantalla, puso de moda la adaptación de los clásicos de la literatura romántica, y nos hizo recordar que aún entre nosotros, existía el talento de uno de los grandes directores de la historia. Las pantallas del mundo se estremecieron y se tornaron escarlata, bajo el nombre de uno de los seres más temidos de la noche: “Drácula, de Bram Stoker" por Francis Ford Coppola, 1992.


Drácula, el denominado príncipe de las tinieblas, hoy en día transciende de tal forma que pertenece a la cultura popular. Su creador, el novelista Bram Stoker (1847 – 1912), ni por asomo se podría haber imaginado a que cotas de éxito llegaría su obra. Por desgracia, su cruel y desdichada partida de este mundo, se lo impidió. Son hoy sus herederos los poseedores de la millonaria herencia del talento de Stoker.

Bram Stoker. Biografías y vidas.com

Portada de la novela de "Drácula"

Obviaremos las conocidas adaptaciones anteriores con un nexo común, el desaguisado narrativo, que se aleja muchísimo de la obra original. Coppola era consciente de ello, y siendo una de sus obras literarias de referencia en la juventud, afrontó la ardua tarea de intentar realizar una adaptación lo más cercana a la original.

Diferentes adaptaciones cinematográficas

La clave estuvo en un guión escrito por un conocido de Winona Ryder, el guionista James V. Hart. El guion se acerca mucho más a la obra de Stoker. La visión de Coppola, como las diversas propuestas de los intérpretes, hizo crecer el libreto, obteniendo una obra con estilo, con cierto aire experimental, que en general cautivó a la crítica y al público.

Francis Ford Coppola (elmundo.com)

James V. Hart (mubi.com)

De los intérpretes cabe reseñar a Gary Oldman, realizando una magistral interpretación  de Drácula. Con una carrera forjada sobre las tablas del teatro, Oldman comenzó a destacar en producciones cinematográficas, y tras “JFK” de Kevin Costner (1991), fue fichado por Coppola. Tuvo un rival a la hora de acceder al casting, Antonio Banderas. Oldman se quedó con el papel, y a los que tuvimos curiosidad por saber como se vería Banderas en un papel vampírico, pudimos disfrutarlo dos años más tarde en “Entrevista con el vampiro" de Neil Jordan, interpretando al vampiro Armand. Inolvidable aquella mano acariciando la llama de una vela.

Oldman en diversos momentos de la película

Volviendo a la película de Coppola, otro nombre que reseñar fue el de Anthony Hopkins, interpretando a Abraham van Helsing. El actor oscarizado por “El silencio de los corderos" (Jonathan Demme, 1991) estaba en uno de sus momentos populares, la década de los 90 fue una gran década para Hopkins. Se lo rifaban. Supo darle un aire muy peculiar y algo temeroso a su caza vampiros. Aparece en casi todas las secuencias espectaculares: en la tumba de Lucy (Sadie Frost), el enfrentamiento con Drácula convertido en gran vampiro, protegiendo a Mina en las cercanías del castillo y degollando a las tres concubinas (Mónica Bellucci, Florina Kendrick y Michaela Bercu). Winona Ryder (Mina) es nuestro hilo conductor durante toda la película. La prometida de Jonathan Harker (Keanu Reeves) conocerá la dos caras del príncipe rumano. Durante un tiempo, el reparto principal pudo disfrutar de un retiro en las propiedades de Coppola en el valle de Napa (California), donde estudiaron, improvisaron,… y sobre todo desarrollaron un vínculo interpretativo importante.

Los efectos especiales son un compendio de técnicas cinematográficas, desde la invención del cinematógrafo. Dirigidos por el hijo de Coppola, Roman Coppola, fueron recreados sin ayuda de medios informáticos. Todos ellos eran físicos, recurriendo a maquetas, exposiciones, juegos de sombras, cambios de escala,… Incluyendo un homenaje al nacimiento del cine, filmando el comienzo de una secuencia con una cámara Pathé. No obstante, el comienzo es una declaración de intenciones, filmado con sombras chinescas. Fotográficamente una joya.

Fotograma de la película

Coppola se inspiró en las ilustraciones de Kupka, Gustav Klimt, Gustave Doré, Alberto Durero,… Existe un trabajo espectacular realizado sobre estas influencias artísticas por Nick Louras, que pueden leer en niklouras.com (“El arte de Drácula 92”). Coppola llegó a tener una especie de desarrollo pictórico de la película, recogido en un libreto, plagado de láminas, bocetos,… Un estudio exhaustivo sobre su visión  de la obra. Del vestuario, ganador de un Óscar, se encargó  la diseñadora Eiko Ishioka. Cualquier película de Drácula anterior no se parece ni por asomo al estilo de esta versión. Cada traje de sus intérpretes principales es una obra de arte. Sus colores, diseños,… también poseen una influencia pictórica apuntada por Coppola. Simplemente es impresionante.

Diversas obras de arte inspiraron el concepto
visual de la película

Y por último, el compositor polaco Wojciech Kilar. Era todo un veterano compositor de música de cine, pero Coppola lo descubrió al gran público. En cada una de las piezas hay una fuerza tremenda. La familia de cuerda, y la de percusión determinada, produce profundas sensaciones que parecen adentrarse en tu alma, creando a veces un desasosiego, jugando en la oscuridad de los timbres. Existe de todas ellas una pieza curiosa, “The ring of Fire", casi compuesta por efectos de sonido. Y quizás de mis momento musicales preferidos, el corte “Ascension", interpretado tan solo por voces, dando paso al siguiente corte “End Credits", entrando la familia de cuerda de forma brutal acompañada de piano, marcando el tempo, para después continuar la percusión y el viento en una marcha infernal.

El compositor Kilar y portada de la banda sonora

“Drácula, de Bram Stoker” es pura cinematografía. Podríamos seguir descubriendo momentos y anécdotas de su creación, y aportaciones. Quizás en otro momento. Es una película que bebe de uno de los grandes clásicos literarios del siglo XIX, de un icono cultural. Apoyada en el estudio y visión de arte de Francis Ford Coppola, el clásico de Stoker, se materializó en imágenes de nuestras peores pesadillas, llenas de simbología, donde el mal y el bien, se encuentran separados por una temerosa línea. La del desafío de un hombre hacia Dios, por amor.

Cartel de la película


Tráiler de la película: https://youtu.be/CjgwUB1CXek

Ambigú Cinema - "Drácula, de Bram Stoker" de Francis Ford Coppola, 1992.



viernes, 2 de abril de 2021

"Marcelino, pan y vino" de Ladislao Vajda, 1955.

En mi infancia, como la mayoría de los niños, disfrutaba con los cuentos que mis padres me contaban. Uno de esos cuentos fue el de “Marcelino, pan y vino". Pero un buen día, calculo entre los seis o cinco años, frente al televisor iba a descubrir su versión cinematográfica. La película me causó expectación, asombro y miedo. El momento en el que el Señor crucificado mueve la mano, descolgándola del madero, supone una de las fuertes imágenes cinéfilas de mi infancia. Yo sabía que iba a ocurrir en la película, pues me habían contado el cuento. Pero a pesar de ello, aquellas imágenes y su sensación se quedaron en mí para siempre. Años más tarde, fui consciente de que aquella obra cinematográfica era una de las joyas del cine español. Contada con sencillez y con una gran carga emocional, hoy les comentaré “Marcelino, pan y vino" de Ladislao Vajda, 1955.


El cuento escrito por el periodista y escritor José María Sánchez Silva, fue todo un éxito. Se convirtió en un libro de referencia en la literatura infantil, y ganó el prestigioso premio Andersen. José María Sánchez Silva pasaría a engrosar la lista de tal galardón recibido por autores/ as como: Astrid Lindgren (“Pippi Calzaslargas", 1945), Tove Jansson (“Los Mumin", 1945),… La historia narrada era muy atractiva para llevar a la gran pantalla.

José María Sánchez Silva (uklitag.com)
Portada de una de las ediciones de la obra.

“Marcelino, pan y vino" contó con un tándem de artistas impresionantes. Estaba claro que la adaptación cinematográfica, tenía que estar a la altura de la obra literaria. Ladislao Vajda como director y Enrique Guerner como director de fotografía harían un gran trabajo. Vajda trabajó en Austria y Alemania, mientras que Guerner lo hizo en Alemania. Los dos, en especial Guerner, vivieron el desarrollo del expresionismo cinematográfico alemán. Tras los movimientos políticos nazis, ambos acabaron refugiándose en España. Realizando distintas obras.

Ladislao Vajda (El Confidencial) y Enrique Guerner (IMDb)

La fuerza fotográfica de la película crea grandes momentos, sobre todo dentro del convento de los frailes, donde dan ganas de detener la película, y observar el fotograma como si se tratase de un lienzo. A ello, hay que destacar la fotografía realizada no solo sobre el Cristo del desván, sino sobre la mano del actor que le da vida a la escultura. Su maquillaje, la luz, el movimiento de la mano, y los encuadres son un deleite visual. Es tan plástico, que el momento en el cual las manos de Jesús parten el pan traído por Marcelino, tiene uno la sensación de oler el pan recién partido.

Fotograma de la película

Fotograma de la película

Del atrezzo de la película, no queda nada, que se sepa. Pero si tienen curiosidad, el Jesús crucificado lo pueden encontrar hoy en día en el pueblo de Don Benito (Badajoz). La historia es muy curiosa. Les cuento. Una entrevista realizada por Raúl Haba en el “Diario Hoy” de Extremadura (2007) a Miguel López Cabrera (técnico en la película), nos desvela como la obra escultórica fue realizada por el dibujante Antonio Simont y terminada en barro por un amigo. Tras terminar la filmación, el técnico Miguel López Cabrera (natural de Guareña) tiene la idea de trasladar el Cristo al convento de las Carmelitas Descalzas de Don Benito, donde tenía una hermana como religiosa. Desde entonces, el Jesús crucificado de “Marcelino, pan y vino" puede ser visitado en la capilla de dicho convento, custodiado por las hermanas Carmelitas Descalzas.

Fotograma de la película

De la adaptación cinematográfica, se encargó el propio autor de la obra literaria y el director de la película. Tuvo dos asesores eclesiásticos acreditados al comienzo de la película,  el doctor Antonio Garau y el franciscano P. Esteban Ibáñez. Cada diálogo se reviste de simpleza, con una inusitada profundidad. Un claro ejemplo son las secuencias del alcalde (José Marco Davó), deseando firmen sus allegados un documento para expulsar a los frailes, o por ejemplo, la conversación de Fray Papilla con Marcelino en la cocina, entorno a las madres. En conjunto, comprende lo que podríamos denominar como una obra fílmica catequética.

Fotograma de la película

Los personajes están perfectamente definidos, y sus interpretaciones cuentan con actores y actrices de nivel. Entre otros, intervienen: Juan Calvo, Juanjo Menéndez, Rafael Rivelles, Carmen Carbonell, Fernando Rey, Carlota Bilbao,… y Antonio Ferrandis. Este último, sale en algunas secuencias, sin tener diálogo. Casi lo que podemos considerar hoy en día como un cameo. Eran sus comienzos cinematográficos.

Una piedra importante de la construcción fílmica sería Pablito Calvo, intérprete de Marcelino. Para este joven actor fue su primera película. Junto a Joselito y Marisol, han sido las caras infantiles del cine español durante los 50 y parte de los 60. Pablito supo darle al papel una gran naturalidad y ternura, logrando empatizar monumentalmente con el espectador. Nos hace reír, llorar,… en toda una montaña de emociones diversas que posee la película. A modo de curiosidad, repetiría junto a Juan Calvo y Antonio Vico en su siguiente película, “Mi tío Jacinto" (1956), también dirigida por Ladislao Vajda.

Pablito Calvo

Otro personaje que, con su valía artística, aupó la obra cinematográfica, fue el histórico compositor musical Pablo Sorozábal, autor de obras líricas y sinfónicas, como por ejemplo: “La tabernera del puerto" (1936), “Black, el payaso” (1942),… fue mucho menor su contribución musical al cine, pero sus intervenciones se hicieron notar, siendo una de ellas, la banda sonora de “Marcelino, pan y vino". Hay momentos llenos de ternura, de misterio,… pero es en las secuencias de aire costumbrista, donde se deja sentir el genio de Sorozábal. Por ejemplo, en las secuencias de apertura de la película, cuando Marcelino baja por primera vez al pueblo,…

Portada de una obra que nos habla
sobre la vida y obra del compositor

El cine español tiene joyas que han aportado a la historia de la cinematografía. Joyas realizadas por nombres que han hecho evolucionar el arte del cine, y crear escuela. Intentaremos desenterrar y traer a nuestros comentarios, de vez en cuando, películas y artistas que han conformado el universo del cine español desde sus inicios. Un cine que tiene su justo y merecido lugar en la historia de la cinematografía universal.

Cartel de la película


Tráiler de la película: https://youtu.be/ewVHvDIiZTg

Ambigú Cinema - "Marcelino, pan y vino" de Ladislao Vajda, 1955.







"Indiana Jones, en busca del arca perdida" de Steven Spielberg, 1981.

  Pasadas las celebraciones sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, la mayoría de los españoles hemos podido ver o casi ver, debid...