viernes, 9 de abril de 2021

"Drácula, de Bram Stoker" de Francis Ford Coppola, 1992.

El verano de 1992 fue un verano lleno de recuerdos. El verano pasó entre la piscina de los salesianos, ensayos en la Coral, viendo en la televisión los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona, y callejeando por la ciudad de Antequera en las calurosas noches de estío junto a mi hermano (vampirizado) y amigos, Miguel y Manuel. Filmábamos nuestra primera película casera con la ayuda de una cámara de video Amstrad, propiedad de Miguel. ¡Que verano! El tema de aquella película giraba entorno al vampirismo. Desde aquel verano, los sucesivos, estuvieron marcados con nuestros estrenos de películas, donde participaba la pandilla de amiguetes. Y si fuese poco, ese mismo verano del 92 se estrenó en España, una de las películas a las que tengo un especial cariño. La obra subió el listón del terror llevado a la gran pantalla, puso de moda la adaptación de los clásicos de la literatura romántica, y nos hizo recordar que aún entre nosotros, existía el talento de uno de los grandes directores de la historia. Las pantallas del mundo se estremecieron y se tornaron escarlata, bajo el nombre de uno de los seres más temidos de la noche: “Drácula, de Bram Stoker" por Francis Ford Coppola, 1992.


Drácula, el denominado príncipe de las tinieblas, hoy en día transciende de tal forma que pertenece a la cultura popular. Su creador, el novelista Bram Stoker (1847 – 1912), ni por asomo se podría haber imaginado a que cotas de éxito llegaría su obra. Por desgracia, su cruel y desdichada partida de este mundo, se lo impidió. Son hoy sus herederos los poseedores de la millonaria herencia del talento de Stoker.

Bram Stoker. Biografías y vidas.com

Portada de la novela de "Drácula"

Obviaremos las conocidas adaptaciones anteriores con un nexo común, el desaguisado narrativo, que se aleja muchísimo de la obra original. Coppola era consciente de ello, y siendo una de sus obras literarias de referencia en la juventud, afrontó la ardua tarea de intentar realizar una adaptación lo más cercana a la original.

Diferentes adaptaciones cinematográficas

La clave estuvo en un guión escrito por un conocido de Winona Ryder, el guionista James V. Hart. El guion se acerca mucho más a la obra de Stoker. La visión de Coppola, como las diversas propuestas de los intérpretes, hizo crecer el libreto, obteniendo una obra con estilo, con cierto aire experimental, que en general cautivó a la crítica y al público.

Francis Ford Coppola (elmundo.com)

James V. Hart (mubi.com)

De los intérpretes cabe reseñar a Gary Oldman, realizando una magistral interpretación  de Drácula. Con una carrera forjada sobre las tablas del teatro, Oldman comenzó a destacar en producciones cinematográficas, y tras “JFK” de Kevin Costner (1991), fue fichado por Coppola. Tuvo un rival a la hora de acceder al casting, Antonio Banderas. Oldman se quedó con el papel, y a los que tuvimos curiosidad por saber como se vería Banderas en un papel vampírico, pudimos disfrutarlo dos años más tarde en “Entrevista con el vampiro" de Neil Jordan, interpretando al vampiro Armand. Inolvidable aquella mano acariciando la llama de una vela.

Oldman en diversos momentos de la película

Volviendo a la película de Coppola, otro nombre que reseñar fue el de Anthony Hopkins, interpretando a Abraham van Helsing. El actor oscarizado por “El silencio de los corderos" (Jonathan Demme, 1991) estaba en uno de sus momentos populares, la década de los 90 fue una gran década para Hopkins. Se lo rifaban. Supo darle un aire muy peculiar y algo temeroso a su caza vampiros. Aparece en casi todas las secuencias espectaculares: en la tumba de Lucy (Sadie Frost), el enfrentamiento con Drácula convertido en gran vampiro, protegiendo a Mina en las cercanías del castillo y degollando a las tres concubinas (Mónica Bellucci, Florina Kendrick y Michaela Bercu). Winona Ryder (Mina) es nuestro hilo conductor durante toda la película. La prometida de Jonathan Harker (Keanu Reeves) conocerá la dos caras del príncipe rumano. Durante un tiempo, el reparto principal pudo disfrutar de un retiro en las propiedades de Coppola en el valle de Napa (California), donde estudiaron, improvisaron,… y sobre todo desarrollaron un vínculo interpretativo importante.

Los efectos especiales son un compendio de técnicas cinematográficas, desde la invención del cinematógrafo. Dirigidos por el hijo de Coppola, Roman Coppola, fueron recreados sin ayuda de medios informáticos. Todos ellos eran físicos, recurriendo a maquetas, exposiciones, juegos de sombras, cambios de escala,… Incluyendo un homenaje al nacimiento del cine, filmando el comienzo de una secuencia con una cámara Pathé. No obstante, el comienzo es una declaración de intenciones, filmado con sombras chinescas. Fotográficamente una joya.

Fotograma de la película

Coppola se inspiró en las ilustraciones de Kupka, Gustav Klimt, Gustave Doré, Alberto Durero,… Existe un trabajo espectacular realizado sobre estas influencias artísticas por Nick Louras, que pueden leer en niklouras.com (“El arte de Drácula 92”). Coppola llegó a tener una especie de desarrollo pictórico de la película, recogido en un libreto, plagado de láminas, bocetos,… Un estudio exhaustivo sobre su visión  de la obra. Del vestuario, ganador de un Óscar, se encargó  la diseñadora Eiko Ishioka. Cualquier película de Drácula anterior no se parece ni por asomo al estilo de esta versión. Cada traje de sus intérpretes principales es una obra de arte. Sus colores, diseños,… también poseen una influencia pictórica apuntada por Coppola. Simplemente es impresionante.

Diversas obras de arte inspiraron el concepto
visual de la película

Y por último, el compositor polaco Wojciech Kilar. Era todo un veterano compositor de música de cine, pero Coppola lo descubrió al gran público. En cada una de las piezas hay una fuerza tremenda. La familia de cuerda, y la de percusión determinada, produce profundas sensaciones que parecen adentrarse en tu alma, creando a veces un desasosiego, jugando en la oscuridad de los timbres. Existe de todas ellas una pieza curiosa, “The ring of Fire", casi compuesta por efectos de sonido. Y quizás de mis momento musicales preferidos, el corte “Ascension", interpretado tan solo por voces, dando paso al siguiente corte “End Credits", entrando la familia de cuerda de forma brutal acompañada de piano, marcando el tempo, para después continuar la percusión y el viento en una marcha infernal.

El compositor Kilar y portada de la banda sonora

“Drácula, de Bram Stoker” es pura cinematografía. Podríamos seguir descubriendo momentos y anécdotas de su creación, y aportaciones. Quizás en otro momento. Es una película que bebe de uno de los grandes clásicos literarios del siglo XIX, de un icono cultural. Apoyada en el estudio y visión de arte de Francis Ford Coppola, el clásico de Stoker, se materializó en imágenes de nuestras peores pesadillas, llenas de simbología, donde el mal y el bien, se encuentran separados por una temerosa línea. La del desafío de un hombre hacia Dios, por amor.

Cartel de la película


Tráiler de la película: https://youtu.be/CjgwUB1CXek

Ambigú Cinema - "Drácula, de Bram Stoker" de Francis Ford Coppola, 1992.



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