sábado, 24 de octubre de 2020

Noches de espanto #4 - "La invasión de los ladrones de cuerpos" de Don Siegel, 1956

Los sábados por la noche en mi infancia tenían plan fijo. Mi padre hacía hamburguesas, veíamos mientras cenábamos “Informe Semanal” y esperábamos con ilusión la película del “Sábado Cine” en TVE. A veces en plan sorpresa u otras leyendo lo que Teleprograma nos decía. La espectación en nuestro salón de estar llegaba a su máximo nivel, cuando se escuchaba las primeras notas musicales de la cabecera de “Sábado Cine”, compuesta por Miguel Ángel Tallante (cruzaba los dedos para que no apareciesen los malvados "rombos"). Aquella noche, vimos "La invasión de los ladrones de cuerpos" de Don Siegel, 1956.


La serie B ha sido siempre el nido de grandes obras maestras y grandes directores, contadores de historias. Y esto ocurre en "La invasión de los ladrones de cuerpos". Basada en una historia del novelista Jack Finney ("The Body Snatchers", 1954), muy dado a estos temas, Don Siegel construye una película inquietante. Abriéndonos una puerta al que considero el segundo punto para crear terror en mi decálogo particular. El primero lo hemos comentado en propuestas anteriores, la oscuridad (en ella, damos rienda suelta a nuestros miedos más íntimos). Y la segunda, es la deshumanización. La ausencia de sentimientos. La comprensión, la alegría, la pena, la ira, la bondad, la avaricia,... son las "especias" en ese cocido que podemos llamar "la vida". De alguna forma, condimentan nuestro día a día. Son pura humanidad. Cuando son anuladas, y nos convierten en meros zombies, en una especie de Eloi sin emotividad (personajes de "El tiempo en sus manos" de George Pal, 1960). Quizás de las imágenes más terroríficas para mí, es la perdida de expresión del personaje de Becky (Dana Wynter) cuando se delata ante Miles (Kevin McCarthy) de ser "otra".

¿Becky?.Fotograma de la película

El pueblo de Santa Mira, donde transcurre la trama, es ideal para desarrollar esta historia. Es en los pueblos, donde las relaciones personales son más estrechas, más empáticas y cercanas. Donde la voluntariedad y la palabra vecindad, siguen teniendo su valor semántico. Santa Mira comienza poco a poco a ser engullida por la apatía y la dejadez entre sus habitantes, a unos límites que hacen sospechar al joven doctor Miles.

El desarrollo de la trama va en crecendo hasta encontrarnos en plena huida y persecución de los habitantes. Es una de las secuencias más memorables del film. Don Siegel escatimó en presupuesto para los efectos especiales, siendo consciente de la importancia de la interpretación del elenco. Es ahí, donde volcó sus esfuerzos. Imágenes impactantes del discurrir diario de Santa Mira, donde la cotidianidad se rompe suavemente, por otra imagen más fría, aparentemente normal. Intensamente inquietante.

Fotograma de la película

La película ha sido tomada socialmente como  la temeridad de la ciudadanía estadounidense ante una posible invasión comunista. Eran años tensos en política internacional. La paranoia se advierte en una sociedad temerosa de perder la calidad de vida o modo de ser sociocultural.

No haré un análisis de la posible lectura política actual a través de la película, no es el sitio. Pero sí, advertir en ella, en el film, de cómo sigue atemorizando en la actualidad esa falta de empatía, de vecindad verdadera,... a pesar de los movimientos, propuestas y avances sociales que nos separan de la sociedad de aquella época, hoy en día, esa falta de expresividad por parte de Becky, podríamos trasponerlo a la actual corrección política extrema. Una corrección que hemos llevado a todos los niveles sociales/ culturales/ artísticos, y para eso, no hay criatura, monstruo, demonio, que lo iguale. De nuevo, ante un gran clásico. Cumpliendo la premisa de que los clásicos nunca pasan de moda. Siempre.

Fotograma de la película 

La película ha tenido ciertas versiones actualizadas. Yo me quedo con "La invasión de los ultracuerpos" de 1978, dirigida por Philip Kaufman. No se me olvidará en la vida, los últimos planos de Donald Sutherland (de verdadera pesadilla). Y a tener en cuenta, "Invasión" de Oliver Hirschbiegel, 2007. Protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig, no está a la altura del clásico, claro está, pero merece la pena.


Después de ver "La invasión de los ladrones de cuerpo", mirémonos directamente a los  ojos frente al espejo. Tendremos dudas de nuestro propio reflejo. Busquemos nuestro yo verdadero. No me digan que no es terrorífico el asunto.

Cartel de la película 

Tráiler de la película: https://youtu.be/V4jsWJcYg9I

Ambigú  Cinema - Noches de espanto #4




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