No recuerdo en qué momento la vi, e incluso tenía algunas secuencias olvidadas. Años más tarde, no recuerdo si fue en el programa "Alucine" del segundo canal de TVE o en alguna sesión de cine de noche de la semana, el caso es que la grabé en video, y de nuevo pude disfrutarla. Su estilo visual, y el estar el desarrollo de la trama envuelto en una atmósfera de novela policial, me encanta. Y sobre todo, porque sabe romper esa línea que separa la realidad de la ficción de una forma elegante, introduciendo al espectador en una trama de continuo suspense. Esta película posee a su vez una serie de claves y curiosidades que se repetirán en el cine ochentero y que hoy en día podemos seguir intuyendo en alguna producción. "Lobos humanos" de Michael Wadleigh, 1981.
Hace un par de semanas, estuvimos recordando "The Omega men" de Boris Sagal, 1971. En una de las secuencias, Heston está visionando en una sala de cine la película documental "Woodstock" de 1969. Un documental exitoso y mítico en el mundo de la industria cinematográfica y la música. Quién le iba a decir a su director, que dirigiría una de las películas de género basadas en la licantropía. Aunque si hacemos un análisis del argumento, podríamos hablar de leyendas, deidades antropológicas, más que de licantropía.
Está claro que la película "Un hombre lobo americano en Londres" de John Landis (1981), supuso un antes y un después en el género cinematográfico del licántropo, pero considero la película de Wadleigh una obra muy interesante en el desarrollo de ese tipo de género. Una película basada en la novela "The Wolfen" de Whitley Strieber.
Wadleigh dirigiría esta primera y última película en su filmografía de una forma elegante y efectista. El comienzo con el indio sobre el puente de Brooklyn, girando una especie de onda a modo de ritual con la ciudad de Manhattan de fondo es precioso y revelador. Solo esa imagen nos describe el trasfondo de la trama policial que nos tendrá enganchados hasta el último momento.
Su oficio de director de fotografía se deja ver en cada una de las secuencias. Destacando para mí, la que tiene lugar en el centro de la ciudad entre el detective, la psicóloga y el inspector de policía, cuando son asediados por unos lobos. Hay planos maravillosos en esta secuencia. Otra secuencia que me llama muchísimo la atención es la que tiene lugar al comienzo de la película, en un parque memorial donde hay una réplica de los primeros molinos de los colonos. El juego de sombras, con el de la cámara subjetiva (los ojos del espectador son los del observador) de los merodeadores nocturnos, y el tratamiento sonoro de la secuencia (el viento, el silencio, el sonido del molino, el respirar,...), logra una gran secuencia de impacto.
Por cierto, ¿recuerdan la famosa visión alienígena en "Depredador" de John McTiernan (1987), característica de la franquicia? Pues unos años antes la podemos descubrir en esta película. Con la curiosidad de que cuando aparece en pantalla, para darle más efectismo, tiene el mismo efecto de sonido que en "Depredador". E incluso, tal como aparece en la producción de McTiernan, cuando se realiza un interrogatorio en una de las secuencias. ¿Casualidades?
El reparto es muy bueno, sobre todo si para el papel protagonista del detective Dewey Wilson, cuenta con la interpretación de Albert Finney ("Dos en la carretera" de Staley Donen - 1967, "Los duelistas" de Ridley Scott - 1977,...), con una carrera merecida de éxitos en pantalla por sus diversas interpretaciones. En el reparto podemos descubrir caras que hoy en día son referencia en cine y televisión. Tenemos a Gregory Hines, ayudante del detective, dándole ese tono de humor deseado en una trama de tanta tensión. En la sala de autopsias podemos descubrir, con un par de frases en su representación a Reginald VelJohnson, el futuro Carl Winslow (serie "Cosas de Casa", 1989 - 1998). Como investigador forense a James Tolkan, que en cuatro años vigilaría muy de cerca al joven McFly en "Regreso al futuro" de Robert Zemeckis (1985). Y entre tantos otros, destacar a Edward James Olmos, futuro oficial de policía llamado Gaff en "Blade Runner" de Ridley Scott (1982). En "Lobos humanos" será quien nos descubra los porqué de la negra trama de asesinatos y desapariciones en Manhattan.
En el aspecto musical, James Horner nos ofrece una partitura a su altura, elevando momentos de suspense y sospecha del hilo argumental. En ella, ya se pueden escuchar motivos y algunas instrumentaciones características de Horner, sobre todo en la familia de viento. Sonidos que nos harán recordar momentos vividos en otras producciones futuros como: "Más allá del valor" de Ted Kotcheff (1983), "Star Trek III" de Leonard Nimoy (1984), "Aliens, el regreso" de James Cameron (1986),...
"Lobos humanos" son de esas películas que me gusta ver de vez en cuando. Esa atmósfera de investigación, la iluminación de las secuencias de Manhattan en la noche, la trama misteriosa que empieza a verse enlazada con leyendas coloniales, y esa capacidad de hacer que la película no recurra al efectismo más directo, sino centrarse en la investigación y poco a poco sumergirte en su sino, me la hace muy atractiva. A ello, sumarle la visión de Wadleigh. Una visión como la han definido otros como onírica, que nos dibuja una película clave en el género, inimitable, pero a su vez claramente revisada por futuras producciones. El logro de un artista que a pesar de otros éxitos anteriores como su nombrado mítico documental y la película que nos ocupa, no llegó a filmar nada más. Simplemente, leyendas de un arte.