Aquel estreno en el mes de marzo de 1983 en TVE, fue todo un acontecimiento televisivo y en nuestras vidas. Alentados por el espíritu sembrado en nosotros por “Stars Wars", “Encuentros en la tercera fase”, “Galáctica", “ET",… recibimos aquella serie con los brazos abiertos. Una producción bien acabada, grandes efectos visuales, reparto coral (por cierto, del cual salieron algunas estrellas que convertirían futuras interpretaciones en iconos cinematográficos, como por ejemplo, Robert Englund en el papel de Freddy Krueger). La serie “V" de Kenneth Johnson, se convirtió en el fenómeno televisivo de los 80. En el colegio, hacíamos nuestras naves nodrizas con cajas de zapatos y pequeñas naves de papel. Chicles, gominolas, pegatinas, cromos, revistas con pósters, cómics,… y triunfador el que tuviese una pistola láser. Algunos llegamos a fabricarla de chapón y a decorarla tal y como la serie. En los juegos de calle, algunos era Donovan, otros Taylor, otras Julie, Dayana,… en definitiva un gran éxito de la época. Creo que de las primeras ventajas que pudimos sacar al video en casa, fue la grabación de los capítulos, que luego volvíamos a ver a solas, o en casa de algún vecino.
La serie “V" recogía el testigo de una época fascinada por el redescubrimiento del fantástico. Su trama, basada en una supuesta invasión extraterrestre, tuvo su gestación como serie de invasión nazi en la época de los 80. No obstante, tuvo un giro argumental considerable o no, según se vea, al considerar los invasores, malvados extraterrestres de otro planeta. La apariencia de los mismos era de reptil. Este detalle, nos podría enlazar con viejas leyendas o creencias de la antigüedad, haciendo referencia a antiguas razas, incluso de procedencia extraterrestre. En la serie, vienen escondidos tras un aire de pacifismo, bajo pieles sintéticas de apariencia humana. Sus verdaderas intenciones eran dejarnos el planeta más seco que una mojama, absorbiendo litros y litros de agua de ríos, mares,… pero lo peor, su alimentación… nosotros, ¡glub!. A medida que va transcurriendo la serie, los distintos personajes que van apareciendo, van mostrando sus vidas, dificultades, y pensamientos frente a esta invasión, terrorífica, desde que el reportero Donovan y su cámara, captan la terrible verdad oculta desde ese genial primer capítulo. Es fácil empatizar con cualquiera de las familias y personajes. En el transcurso de la duración de la serie, no se hace para nada pesadas las diferentes tramas, al contrario de hoy en día , logrando huir de esos bucles argumentales que algunas series nos tienen acostumbrados. Existen capítulos, donde la invasión, los efectos especiales, o sea, el artificio, es mínimo, centrándose muchísimo más en los personajes. Esta capacidad nos delata la construcción de un buen guion que no olvida el entretenimiento de sus seguidores, junto a la coherencia argumental. Momentos, imágenes, como: Donovan siendo perseguido por los disparos de una nave de asalto, el sufrimiento de Julie en el laboratorio de Dayana, el sonido del hablar de los visitantes (desapareciendo el efecto sonoro a medida que proseguía la serie), la “V" trazada con spray sobre el cartel publicitario de los visitantes (utilizado en las campañas publicitarias de U.S.A.), el nacimiento del baby lagarto (de escalofriante audiencia), el sonido inconfundible del disparo de los visitantes (cada disparo láser, costaba mil dólares de la época), los globos dejando caer el polvo rojo anti lagartos, la detención de Dayana por parte de la resistencia, las naves nodrizas escondidas tras la Luna,… Y así, podríamos estar, nombrando decenas y decenas de momentos que cada cual recordará con nostalgia. “V" marcó nuestras infancias, a aquellos que tuvimos la suerte de descubrirla con los ojos de un niño, y hoy la volvemos a disfrutar con los ojos del corazón.